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Las luchas por la tierra y los medios de subsistencia en la agricultura africana

Marjorie Mbilinyi sostiene que los agronegocios en gran escala están destruyendo las tierras y los derechos de las/os campesinas/os. Analiza cómo las luchas por la tierra y el trabajo en la agricultura y la producción de combustibles biológicos están cada vez más politizadas y propone que en lugar de pedir un ‘regreso’ a los sistemas de agricultura patriarcal, los movimientos antiglobalización tienen que reconocer las luchas de las mujeres y las/os jóvenes en las comunidades agrarias y aprender de ellas para formular estrategias económicas que sean verdaderamente alternativas y centradas en las personas.

Introducción

En muchos países africanos está teniendo lugar una confrontación seria entre los intereses agroindustriales y las personas que se dedican a la producciónn rural en pequeña escala. Como respuesta a la crisis global de 2008/2009 que se vio acompañada por un gran incremento en los precios de los alimentos y los recursos energéticos, los emprendimientos agroindustriales identificaron a África como la última frontera ‘abierta’. Motivados por su necesidad de tierras y agua para la agricultura en gran escala y/o la producción de bio combustibles, estos emprendimientos lograron apropiarse de enormes cantidades de tierras no sólo en Tanzania sino también en Mozambique, Etiopía y muchos otros países del continente africano. La apropiación de tierras, no solo se da por parte de potenciales productores sino también por corporaciones financieras que se dedican a la especulación de precios de alimentos y tierras. En el proceso, los derechos de las/los campesinas/os locales y sus comunidades han sido arrasados y la respuesta fue el incremento en el número de conflictos por la tierra, así como la resistencia y las luchas abiertas contra las políticas gubernamentales que favorecen a los inversores (TGNP, 2010a, 2011; Land Rights Research & Resources Institute (LARRI), 2011; Patnaik and Moyo, 2011).

La agro industria

Quienes critican a los emprendimientos de agronegocios también los acusan de estar saqueando activamente los bancos de semillas nacionales. El derecho internacional permite que las agroindustrias adquieran semillas gratuitamente pero luego las modifican genéticamente y las venden a precios elevados (Thompson and Mushita, 2012). Las semillas genéticamente modificadas no se pueden hacer crecer sin el uso de fertilizantes, herbicidas e insecticidas petroquímicos, que vienen todos juntos en el paquete de la “revolución verde”, forzando a las/os agricultoras/es a una producción agroindustrial costosa e intensiva en capital. El análisis de la estrategia empleada por la revolución verde en estos últimos 20 años para la producción arrocera en el valle del río Senegal documentó sus resultados catastróficos para la mayoría de las/os productoras/es y sus comunidades. Muchas/os quebraron y perdieron sus tierras; la revolución verde generó una creciente polarización entre clases, productoras/es sin tierras y empobrecimiento rural.

Pese a todo, se crearon instituciones importantes para promover la agroindustria. En Tanzania resultan particularmente importantes la Alliance for a Green Revolution in Africa (AGRA, Alianza por una revolución verde en África) y la Southern Agricultural Growth Corridor (SAGCOT – Corredor de crecimiento agrícola del sur). Para mejorar la productividad, eficiencia y resultados de las/os productoras/es rurales en pequeña escala, quienes defienden la revolución verde trabajan ostensiblemente junto con grandes empresas de agronegocios como Monsanto, Unilever y otras que son la principales productoras y comercializadoras de organismos genéticamente modificados (OGM) en todo el mundo).1 En el pasado, el negocio de los OGM se ha enfrentado a importantes barreras para expandir la comercialización de sus productos tanto en África como en Europa. Por eso ahora presentan la fórmula de los OGM de manera que parezca relevante y útil para la agricultura y la ganadería de subsistencia en pequeña escala y también han comenzado a utilizar la transversalización de género, dando apoyo financiero a investigaciones sobre ‘género y agricultura’ o ‘las mujeres agricultoras’. Algunos agronegocios privados también comenzaron a adoptar sus propias estrategias de transversalización de género, como Land O’Lakes en Arusha, Tanzania (observación personal).

Las mujeres como barrera para la agroindustria

¿Por qué a la agroindustria de repente le preocupan tanto las mujeres? Las productoras rurales constituyen una barrera importante para la conquista del África por la agroindustria, en sentido material y también simbólico. Pese a décadas de abandono por parte de gobiernos y donantes, y a la privación de recursos básicos (como subsidios para la producción, investigaciones y asesoramiento para expandir su producción, apoyo y asesoramiento para la comercialización) resultantes del ajuste estructural y las políticas neoliberales establecidos desde la década de los ochentas, las productoras continúan alimentando no sólo a sus familias sino también a sus comunidades y, en verdad, al país entero. Como productoras y reproductoras campesinas ellas tienen derechos sólidos sobre la tierra y sus medios de vida, aún cuando los mismos estén atados a estructuras y normas patriarcales (Feminist Africa, 2009; Mbilinyi, 2010; Tsikata, 2009, 2011).

Creo que las productoras en pequeña escala y sus comunidades constituyen una amenaza para la conquista agroindustrial de distintas maneras:

  • su reivindicación tradicional y casi espiritual al usufructo de los derechos sobre la tierra para producir alimentos para la familia/comunidad, lo que hace que a la agroindustria le resulte difícil apropiarse de tantas tierras como querrían;
  • su resistencia a abandonar por completo la agricultura en pequeña escala y convertirse en fuerza laboral autónoma liberada en relación al capital, que hace que no estén disponibles para el trabajo ocasional barato y a tiempo completo y que la agroindustria deba pagar costos salariales altos; y
  • su decisión de continuar produciendo alimentos para consumo local y para los mercados locales, reduciendo así el mercado que de otra manera estaría a disposición de los productores de alimentos en gran escala.

Esto explica por qué en África los intereses agroindustriales se esfuerzan por persuadir a los grupos de derechos de las mujeres y a las activistas feministas/de género para que colaboren con ellos. Las luchas por la tierra y el trabajo en la agricultura y la producción de bio combustibles están cada vez más politizadas, e incluyen el apoyo de varias agencias financiadoras importantes además de AGRA y SAGCOT, especialmente el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. La Alianza Global para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, presentada hace poco por el G8, es el ejemplo más reciente de las fuerzas poderosas que están promoviendo la agroindustria en África.

Conclusión

Muchas/os académicas/os y activistas que luchan contra la conquista por parte de la agroindustria han comenzado a defender un regreso a los sistemas de producción agrícola o campesina del pasado (Moyo en Patnaik and Moyo, 2011).2 Hay quienes inclusive llaman a esto “re-campesinización”, basándose en lo que yo postulo como una falsa idealización del pasado, que homogeneiza la ‘comunidad’ y la ‘familia’ campesinas e ignora por completo las divisiones de clase y género que existieron dentro de esas comunidades, así como la naturaleza opresiva y explotadora de las estructuras agricultoras patriarcales. Además, creo que se trata de una falsa esperanza ya que las mujeres y las/os jóvenes cada vez rechazan más la posibilidad de hacer lo que muchas/os llaman “trabajo esclavo”, es decir, trabajo no rentado en economías familiares campesinas. Durante tres décadas, se procuraron con éxito formas de empleo y  medios de vida alternativos, incluyendo (sobre todo las mujeres) dedicar sus esfuerzos a cosechar alimentos cuyas ganancias ellas controlan.

En lugar de defender un ‘regreso’ a los sistemas de agricultura patriarcales, los movimientos antiglobalización tienen que reconocer las luchas de las mujeres y las/os jóvenes en las comunidades agrarias y aprender de ellas para formular estrategias económicas que sean verdaderamente alternativas y centradas en las personas. Junto con el movimiento feminista, podemos incorporar los aspectos más sólidos del conocimiento, habilidades y valores autóctonos, rechazando todos sus aspectos opresivos, de explotación y excluyentes, sin excepciones.3

 

Notas

1 Ver un análisis feminista reciente sobre AGRA en Fent (2011).

2 Durante la Charla de la Tarde en ‘Reflexiones críticas sobre acumulación por desposesión en el sector agrario en África’, Conmemoración del Día Nyerere (N.T. aniversario de la muerte de Julius Nyerere, libertador y primer presidente de Tanzania), Universidad de Dar es Salaam, organizada por la cátedra Mwalimu Nyerere de Estudios Panafricanos.

3 African Feminist Forum (AFF) (2007) y Tanzania Gender Networking Programme (TGNP) (2010b) ofrecen análisis de la construcción de movimientos feministas transformadores en África, y de las demandas de una estrategia para el desarrollo alternativa y centrada en las personas.

 

Referencias

  1. African Feminist Forum (AFF) (2007) Charter of Feminist Principles for African Feminists, African Feminist Forum, Dakar. http://www.africanfeministforum.com/the-charter-of-feminist-principles-for-african-feminists/ En castellano: Carta de Principios Feministas para las Feministas Africanas en http://www.mulabi.org/marcos para los textos/marco_para_los_textos5.html
  2. Feminist Africa 12 (2009) ‘Special Issue on Land and Labour in Gendered Livelihood Trajectories’, Capetown: African Gender Institute. http://agi.ac.za/journal/feminist-africa-issue-12-2009-land-labour-and-gendered-livelihoods
  3. Fent, Ashley (2011) ‘Philanthropy and Sovereignty: Critical feminist exploration of the Gates Foundation’s approach to gender and agricultural development’, Documento presentado en la reunión anual de la African Studies Association; 17 de noviembre. http://concernedafricascholars.org/bulletin/issue88/
  4. Land Rights Research & Resources Institute (LARRI) (2011) Accumulation by Land Disposession and Labour Devaluation in Tanzania: The case of biofuel and forest investments en Kilwa and Kilolo, Chambi Chachage and Bernard Baha (eds.) Dar es Salaam: LARRI. http://landforafricanwomen.org/content/accumulation-land-dispossession-case-studies-tanzania
  5. Mbilinyi, Marjorie (2010) ‘Sweet and Sour: Women working for wages on Tanzania’s sugar estates’, en Deborah Fahy Bryceson (ed.) How Africa Works: Occupational change, identity and morality, Sterling, VA: Practical Action Publishing.
  6. Patnaik, Utsa and Sam Moyo (2011) The Agrarian Question in the Neoliberal Era: Primitive accumulation and the peasantry, Dakar: Pambazuka Press.
  7. TGNP (2010a) Kilimo Kwanza: What is it and what does it mean for marginalized women and men of Tanzania? TGNP Policy Brief No 2.
  8. Tanzania Gender Networking Programme (TGNP) (2010b) Transformative Feminist Movement Building, Dar es Salaam: TGNP.
  9. Tanzania Gender Networking Programme (TGNP) (2011) ‘Contextual Analysis on Land, Employment and Livelihoods’, preparado por Ng’wanza Kamata, borrador de informe, TGNP Dar es Salaam.
  10. Thompson, Carol and Andrew Mushita (2012) ‘More Ominous than Climate Change? Global policy threats to African food production’, documento borrador. http://web.africa.ufl.edu/asq/v13/v13i4a1.htm
  11. Tsikata, Dzodzi (2009) ‘Gender, Land and Labour Relations and Livelihoods in Sub-Saharan Africa in the Era of Economic Liberalisation: Towards a research agenda’, Feminist Africa 12, Capetown: African Gender Institute. http://agi.ac.za/journal/feminist-africa-issue-12-2009-land-labour-and-gendered-livelihoods
  12. Tsikata, Dzodzi (2011) ‘African Feminism and Popular Struggles for Land, Labour and Livelihoods’, Discurso central del Tenth Tanzania Gender Festival 2011 cuyo tema fue Gender, Democracy and Development: Land, Labour and Livelihoods; Dar es Salaam; 13 de septiembre.

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