Sobrevivir al dinero y al sistema financiero

Esta sesión consistió en una presentación audiovisual, charla y preguntas & respuestas sobre cómo operan los sistemas monetarios y financieros; su impacto sobre las mujeres de recursos limitados; cómo el sistema cumple con un propósito económico pero también engaña y empobrece a través del abuso. De manera interactiva, aportó lo que las mujeres necesitan saber y hacer para enfrentarse al sistema y sobrevivir. A continuación se incluyen tres videos y un resumen compartido por Najma Sadeque sobre los temas planteados en la sesión de la caja de herramientas para una economía feminista “Sobrevivir al dinero y al sistema financiero” en el Foro AWID 2012.
Presentadoras: Najma Sadeque y Deneb Sumbul (Shirkat Gah)
Cómo sobrevivir a los sistemas financieros
El dinero y los bancos son espadas de doble filo: ¿Cómo te ayudan – o te obstaculizan?
Sin dinero ni servicios bancarios, el mundo sería difícil. Todos los grandes avances y los logros hubieran llevado muchísimo más tiempo y tal vez ni siquiera hubieran sucedido. Porque casi todas las actividades que se realizan en el mundo tienen un costo de alguna clase, ya sea energético, de materiales o de servicios prestados. Hay que pagarlos, directa o indirectamente.
Para decirlo de otra manera, el dinero como medio de intercambio que sirve para superar las limitaciones del trueque, y los servicios bancarios que pueden manejar en forma simultánea cientos de miles de intercambios simples y complejos entre un número incalculable de personas y organizaciones a través del tiempo y las distancias, resultan absolutamente indispensables.
Como se supone que el dinero facilita los intercambios justos, la gente piensa que es una cuestión neutra y que se la debería dejar en paz. Pero el dinero no es más neutro que las personas que lo inventaron o lo utilizan. La gente no siempre es justa – ni hablar de quienes especulan – y posiblemente en el mundo haya tanta gente deshonesta o amoral como la hay honesta y ética. No en vano todas las religiones principales aconsejaron documentar y contar con testigos para las transacciones y los contratos. En muchos lugares del mundo, las mujeres nunca reciben dinero ni llegan a manejarlo. Y sin empoderamiento económico y financiero, las mujeres nunca pueden empoderarse del todo.
La mayoría de la gente comete el error de buscar el dinero como riqueza y como fin en sí mismo, en lugar de por lo valioso que puede comprar. Pero el poder de compra puede ser transitorio o ilusorio. Imagina que tienes millones en el banco y de repente la moneda deja de tener curso legal o pierde completamente su valor en relación a otra extranjera y más fuerte. De la noche a la mañana, te quedas ‘sin un centavo’.
Para ti, para mí y para la amplia mayoría de las personas del mundo – sobre todo las mujeres – lo importante es tener la certeza de obtener un valor justo en moneda por los bienes o servicios que ofrecemos. Y también, bienes y servicios que tengan un valor justo de acuerdo al dinero que pagamos por ellos. No es necesario ser expertas muy capacitadas para entender cómo operan el dinero y los bancos, cualquiera puede entender sus principios básicos. En el video que verás a continuación, encontrarás que el sistema se basa tanto en el sentido común como en innovaciones que pueden ser útiles para tus objetivos, así como (sobre todo) para los de los bancos.
Primera Parte – Surviving Money and the Financial System from Deneb Sumbul on Vimeo (sólo disponible en inglés).
A esta altura ya debe resultarte claro que el dinero – de papel o electrónico – no tiene un valor intrínseco en sí mismo a menos que esté hecho de oro, plata o algún otro metal que tenga valor. Es sólo una medida, una unidad que representa un valor, para que puedas determinar rápidamente cuánto necesitas gastar, cambiar o ahorrar.
La gente no le da el mismo valor al dinero en diferentes momentos. Por eso los precios pueden subir o bajar. Algunos países le asignan un valor más alto a su propia moneda y un valor injustamente bajo a las de otros países.
Lo que es importante comprender es que en el proceso de aplicar cargos legítimos a los servicios que brindan a su clientela, algunos de los bancos más grandes del mundo se aprovecharon de la ignorancia del público acerca de cómo opera el sistema bancario, y comenzaron a especular con el dinero de su clientela. Esto fue posible porque en todo el mundo el sistema bancario tiene una falla intrínseca que también es su mayor fortaleza – aunque hay quienes llaman a esto engaño, porque es algo que se puede corregir o manejar dentro de ciertos límites.
A los bancos se les permite crear su propio dinero adicional en forma de números en sus registros contables hasta una cierta cantidad. Esto se conoce como ‘reserva fraccional’, y consiste en apartar una cierta fracción de los depósitos para tenerla disponible en caso de que de repente toda su clientela quiera retirar sus depósitos al mismo tiempo, evitando así una ‘corrida’. Los bancos prudentes en general retienen entre un tercio y la mitad de sus depósitos como reserva. Fue en parte por esto que los bancos del mundo en desarrollo lograron evitar los peores abusos del sistema, a diferencia de los bancos de Estados Unidos que estaban casi completamente desregulados y no eran objeto de verificación ni comprobación alguna. Eso les permitió a estos bancos grandes especular con los ahorros de su clientela sin que esta lo advirtiera, hasta que fue demasiado tarde.
Si no se denuncian y se controlan esta falla fatal y otras libertades indebidas que se toma el sistema bancario, el mundo no podrá llegar a ser más igualitario y justo aun si todas las personas tienen trabajo decente, hay poca corrupción y las economías son estables. Porque los bancos internacionales más grandes ejercen un poder excesivo sobre el sistema financiero, cuyo uso incorrecto puede socavar y arruinar a países y economías enteras, y así lo ha hecho.
Ya es bastante malo que a los bancos se les permita guardar el secreto acerca de sus actividades y no deban informar a su clientela sobre las implicaciones y consecuencias de operaciones para las que utilizan sus bienes. En las últimas tres décadas, los principales bancos de los Estados Unidos hicieron cabildeo con representantes políticos y utilizaron su fortaleza financiera para imponer la máxima desregulación de sus actividades para que prácticamente no se los vigile ni supervise – ni hablar de que deban rendir cuentas o sean penalizados.
Segunda Parte – Surviving Money & the Financial System from Deneb Sumbul on Vimeo (sólo disponible en inglés).
Toda actividad económica es un tráfico de dos vías o que va en múltiples direcciones y que debería beneficiar a todas las partes involucradas. Las transacciones comerciales también tienen que cumplir un propósito social al mismo tiempo que generan ganancia, porque todas las actividades económicas utilizan recursos naturales y bienes públicos que en última instancia pertenecen en forma colectiva a todas las personas. Quienes producen y venden bienes y servicios no son las únicas personas que brindan servicios. Quienes compran también aportan un beneficio porque sin un mercado y sin nadie a quién venderle, no habría empresas, fábricas, intercambio, comercio minorista o ganancia.
Como cualquier otro negocio, los bancos tienen derecho a cobrar por servicios sin los cuales la gente no podría manejar sus asuntos cotidianos. Pero esto no los autoriza a imponer intereses excesivos y compuestos cuando no están generando nada productivo en ningún sentido. Históricamente, la usura siempre ha sido despreciada. Y no cabe duda que los bancos no tienen derecho a especular con el dinero de su clientela – sin su permiso ni conocimiento – para obtener ganancias injustificadas.
El dinero, los bancos y el comercio están muy interconectados en todo el mundo; es como un grupo de personas escalando una montaña que están atadas entre sí por una soga: si una se cae, es más probable que arrastre consigo a las otras y no que ellas puedan rescatarla. Por eso la crisis de 2008 también afectó en alguna medida a los países del Sur que no utilizan los instrumentos financieros riesgosos que tanto habían disfrutado los grandes bancos de Estados Unidos.
Por eso, cada país debería tener su propia moneda local que no esté ligada a ninguna moneda extranjera o internacional de reserva, ni sea convertible a ellas. No es necesario cambiar moneda extranjera para actividades económicas que incluyen solo materias primas, bienes y servicios que son solo locales. Cuando los gobiernos utilizan moneda extranjera para estos fines, están desperdiciando dinero y endeudándose sin necesidad, para lo cual tendrán que obtener esa moneda mediante exportaciones u otros servicios para devolver el préstamo. El cambio se necesita sólo para los bienes o la experticia que no se produce en el país y debe ser obtenida del exterior, pero para nada más.
En todos los países, los bancos centrales deben descubrir o redescubrir que pueden crear su moneda local para uso interno en forma segura y que eso los beneficiará. Esto también será una ayuda para las masas que tienden a quedar marginadas cuando la ganancia económica depende del rédito que aporta el comercio exterior sólo a través de las grandes empresas.
Los bancos centrales pueden crear, de manera juiciosa, toda la moneda local que resulte necesaria y prácticamente posible para estimular la actividad económica, realizar obras públicas y conservarlas, generando así empleo útil.
Surviving Money & the Financial System Part 3 from Deneb Sumbul on Vimeo (sólo disponible en inglés).
Un problema muy fundamental es que no se vincula el dinero con los derechos humanos y esto es lo que las activistas necesitan abordar en el mundo de hoy en el que todos los recursos, incluyendo los que resultan esenciales para la supervivencia humana, están siendo sometidos a la comercialización, privatización y propiedad monopólica, privando a las mayorías de la parte que les corresponde de esos recursos y por lo tanto de sus derechos fundamentales.
También resulta sorprendente que no se crea dinero en proporción a la cantidad de recursos naturales que existen en la actualidad. Como el dinero no está vinculado a los recursos disponibles, los recursos limitados van sólo a quienes tienen suficiente poder de compra y por ende las/os pobres obtienen poco o nada. Y el sistema está manipulado a favor de quienes ‘tienen’.
En nuestro mundo finito con una población en constante crecimiento, ningún Bien Público (como calles, servicios públicos, agua y saneamiento, transporte público) debería ser entregado a una inversión extranjera. Tampoco deberían serlo la tierra cultivable o cualquier otro recurso natural, público o privado.
Tanto la moneda local como los bancos estatales son necesarios para el interés público, sobre todo en los países del Sur que continúan siendo explotados por inversiones extranjeras y deudas ilegítimas.
Todo país y toda provincia o región en su interior deberían tener bancos públicos de propiedad estatal cuyo mandato sea servir a la ciudadanía y a los emprendimientos locales estrictamente dentro de la zona geográfica que les corresponde. La ganancia no es su prioridad principal porque los bancos públicos no tienen obligaciones con accionistas privados y por eso pueden permitirse obtener menos ganancia y no imponerle a su clientela altas tasas de interés.
Estos bancos públicos no sólo necesitan invertir en Bienes Públicos (como los servicios públicos) gestionados por el Estado sino también poner créditos de fácil obtención y a largo plazo a disposición de todas las pequeñas y medianas empresas, y de personas de ingresos moderados y bajos. Solo de esta manera se puede lograr un sistema que sea justo para todas las personas, en el abanico que va de la extrema riqueza a la extrema pobreza.
Los mejores ejemplos de bancos de esta clase son los Landesbanks en Alemania, los bancos WIR en Suiza y el ejemplo solitario del Bank of North Dakota en Estados Unidos. Solo así la riqueza se puede distribuir de manera justa, para que todas/os reciban una porción adecuada y tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial.
Si eres de un país en desarrollo que está crónicamente endeudado o a menudo se queda ‘sin un centavo’, necesitas entender por qué. Necesitas preguntar: los préstamos que tu gobierno está tomando del Banco Mundial, del FMI y de otros prestadores, ¿son realmente necesarios? ¿Cuántos de sus objetivos se pueden alcanzar en el plano local con la moneda nacional?
Si estás ubicada/o en la franja de bajos ingresos a la que los bancos privados no le otorgan créditos, tu gobierno deberían intervenir para cerrar esa brecha. Si no lo está haciendo, es hora de que te conviertas en activista y lo exijas.
Si tu país o comunidad está pasando por una crisis financiera, y lo que escasea en particular es el dinero para préstamos personales o a las pequeñas empresas, tiene sentido organizarte con otras personas utilizando alternativas como el trueque o el trueque-hecho-dinero y otros sistemas que se describen en los videos. La gente ha utilizado esas alternativas en todo el mundo.
Si quieres rescatar tu mundo de manos de los grandes bancos internacionales, especuladores, empresas multinacionales y manipuladores/as de la política, tendrás que exigir y luchar por estos derechos hasta que formen parte de las constituciones y leyes de tus país.
Tienes derecho a tu porción de los recursos naturales que son un don de la naturaleza y no de fabricación humana, y a invertirlos – o su equivalente en dinero – en emprendimientos rentables de tu propiedad. Los sistemas bancarios, especialmente en los países del Sur, en general están dominados por los hombres. No siempre son sensibles a las necesidades especiales de las mujeres ni a los problemas locales. Hacen falta más mujeres para construir monedas complementarias que permitan crecer a las mujeres y comunidades marginadas.
Por último, se debería recordar que el mérito de un banco yace en las reglas que lo rigen y en su transparencia. Si se manejan en secreto y no están sometidos a revisión, hay motivos para sospechar. La falta de regulación y transparencia fue lo que les permitió a los bancos no ser castigados por sus manejos deshonestos ya que su clientela los ignoraba; esto llevó a la crisis financiera de 2008, cuyo impacto todavía se siente.
La concientización de las/os clientas/es es una necesidad absoluta. Si entras en conflicto con el dinero y el sistema bancario porque deliberadamente evitas intentar entenderlos, la responsabilidad será solo tuya.
Mantente informada y afirma tu derecho a la parte que te corresponde de la riqueza común. A las mujeres nos conviene saber acerca del dinero y de los bancos en lugar de ser presas fáciles. Necesitas tu porción del pastel para sobrevivir y para realizarte. Es una cuestión de derechos.
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