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‘Invertir’ en los derechos de las mujeres: Desafíos y nuevas tendencias

por Angelika Arutyunova.

Las/os activistas y defensoras/es de derechos de las mujeres no son las/os únicas/os que estan hablando sobre la importancia de incluir a las mujeres y las niñas en los procesos de desarrollo, desde el banco mundial hasta las corporaciones, la tendencia a invertir en las mujeres y las niñas va en aumento en los últimos años. al mismo tiempo, los resultados de la encuesta ¿donde esta el dinero para los derechos de las mujeres? – realizada por AWID en 2011- muestran que las organizaciones de mujeres obtienen muy pocos beneficios de las corporaciones. Angelika Arutyunova sostiene que la inclusión de las organizaciones de mujeres – no solo como beneficiarias sino como agentes de cambio – en la búsqueda de soluciones para sus problemas y los de las niñas es fundamental.

Introducción

En 2005, personas cercanas a AWID junto con sus aliadas/os se preguntaron “¿dónde está el dinero para los derechos de las mujeres?” frente a la preocupación de que el interés de los donantes en las mujeres y sus derechos había alcanzado su cima en la Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing) para luego desvanecerse. Ahora, siete años después, cada vez más se está hablando de invertir en las mujeres y la igualdad de género no sólo como ‘economía inteligente’ sino también como ‘lo que es correcto hacer’. Este renovado interés por parte de una variedad de actores – desde las fundaciones empresariales hasta los medios de comunicación tradicionales, de las instituciones financieras internacionales a las grandes organizaciones de desarrollo – constituye un progreso importante y a la vez presenta varios desafíos. El principal es cómo garantizar que los resultados de la tendencia a ‘invertir en mujeres y niñas’ tengan un impacto verdadero en cuanto a avanzar los derechos de las mujeres en el largo plazo. ¿Cómo hacemos las feministas para cuestionar un enfoque neoliberal que da prioridad al crecimiento económico y a la ganancia por encima de todo, sin dejar por ello de aprovechar las oportunidades para acceder a recursos nuevos que apoyen los procesos organizativos y los derechos de las mujeres? Pensando en el tema del Foro AWID ‘Transformando el poder económico por los derechos de las mujeres y la justicia’ y con el telón de fondo de la crisis sistémica global, estas preguntas sobre el poder económico, los recursos para el desarrollo y los derechos humanos, y las políticas del financiamiento resultan muy relevantes y oportunas.

¿Dónde está el dinero para los derechos de las mujeres?

La Iniciativa de AWID ‘¿Dónde está el dinero para los derechos de las mujeres?’ (WITM, por sus siglas en inglés) ha procurado durante un largo tiempo desmenuzar los aspectos políticos del financiamiento, analizando de dónde viene el dinero, cómo se distribuye, quién puede acceder a él, las restricciones y los requisitos involucrados y cómo influyen las tendencias en el flujo de financiamientos sobre el trabajo por los derechos de las mujeres. Al tomar este enfoque, AWID reconoce la necesidad urgente de ir más allá de las nociones técnicas sobre financiar y ‘recaudar’ hacia una perspectiva de ‘movilización de recursos’, como elemento central de las agendas políticas de las organizaciones de mujeres, poniendo énfasis en la multiplicidad de recursos que se necesitan para la transformación social, de los cuales los financieros son apenas una parte. Desde 2005, AWID viene trabajando estrechamente con aliadas/os en diferentes sectores del financiamiento y de los movimientos de derechos de las mujeres para incrementar la cantidad de recursos dedicados a la igualdad de género y el trabajo por los derechos de las mujeres. Igualmente, para contribuir a pasar de una perspectiva de escasez de financiamiento y competencia a una de abundancia, para así ‘ampliar el conjunto de recursos para todas las organizaciones’ y la construcción de movimiento.

La investigación de WITM, que incluye resultados preliminares de una encuesta global realizada en 2011 entre 1119 organizaciones de mujeres(1), demuestra en forma consistente que la mayoría de estas organizaciones funcionan con muy poco dinero. El 69 por ciento de quienes respondieron la encuesta de 2011 tenían presupuestos anuales por debajo de los US$ 50.000. Las 740 organizaciones que aportaron información detallada sobre sus ingresos en 2010 tenían un ingreso conjunto de apenas US$ 104 millones, lo que representa apenas una fracción del ingreso anual de muchas de las principales organizaciones internacionales de desarrollo. Otro hallazgo importante de la investigación de 2011 fue la importancia creciente de las/os donantes individuales, las cuotas de membresía y las actividades generadoras de ingresos como fuentes significativas de financiamiento para las organizaciones de mujeres (mencionadas por más de un tercio de las organizaciones de la muestra). Esto sugiere que es muy probable que el apoyo que muchos donantes brindaron históricamente a los grupos de mujeres se esté reduciendo, lo que lleva a los grupos a buscar otras fuentes.

En este contexto, el creciente interés por invertir en las mujeres y las niñas y las vinculaciones cada vez más frecuentes entre los modelos comerciales del sector privado, las finanzas y la filantropía para el desarrollo cobran una importancia significativa y merecen ser analizados con cuidado para que las organizaciones y movimientos que defienden los derechos de las mujeres puedan pensar estrategias informadas que aporten recursos para su trabajo.

Los derechos de las mujeres y el sector corporativo

Casi nadie podría discrepar con las palabras de Michelle Bachelet, Secretaria General Adjunta y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres: ‘Ahora más que nunca el mundo necesita liberar el talento y la energía de las mujeres para que podamos fortalecer nuestras economías y sociedades’.(2) El hecho de que hayan sido pronunciadas en la presentación de una ‘asociación global’ entre ONU Mujeres y la Coca-Cola Company, frecuente blanco del activismo de la sociedad civil por violaciones a los derechos laborales y a otros derechos humanos, ilustra las complejidades del momento actual.

Los argumentos a favor de invertir en las mujeres y las niñas han sido de naturaleza económica, y apoyados por documentos del Banco Mundial como la estrategia Igualdad de género como medida económica inteligente (Gender Equality as Smart Economics), publicado en 2007 y más recientemente el Informe sobre desarrollo mundial 2012 Igualdad de género y desarrollo (2012 World Development Report on Gender Equality and Development). Las fundaciones Nike y NoVo se asociaron para presentar el ‘Efecto Niña’ (Girl Effect) que apoya a adolescentes mujeres de todo el mundo, respaldado por investigaciones sobre cómo el invertir en las niñas se traduce en crecimiento económico y bienestar comunitario. En 2011 esta sociedad donó un total de US $100 millones.(3) Mediante iniciativas de responsabilidad social empresaria y otros esfuerzos “filantrocapitalistas”, la participación de las corporaciones en esta tendencia ha crecido en los últimos años. Un ejemplo es la iniciativa 10 000 Mujeres de Goldman Sachs con un compromiso de US$ 100 millones destinados a mercados en desarrollo y emergentes para formar mujeres en gestión y negocios.(4) Sobran ejemplos de cómo invertir en las mujeres y las niñas, lo que cada vez gana más adeptos, que incluyen artículos de tapa o notas especiales en The Economist, The Guardian, BBC y Newsweek mostrando los roles fundamentales que desempeñan las mujeres en las distintas economías del mundo.

Resulta gratificante que los movimientos de mujeres ya no sean la única voz que defiende la importancia de las mujeres y las niñas en las agendas para el desarrollo, y esto debería considerarse en cierta forma como un logro. Estas iniciativas representan oportunidades potenciales para avanzar los derechos de las mujeres si sus necesidades e intereses reales influyen en la selección de estrategias e intervenciones, si las prácticas corporativas son coherentes con el interés filantrópico en los derechos y el bienestar de mujeres y niñas, y si estas campañas van más allá de sus objetivos de mercadeo.

Una dosis saludable de escepticismo frente a estas iniciativas es probablemente producto de una larga historia de modelos del sector privado filtrándose en las prácticas del desarrollo de formas que resultan preocupantes. Por ejemplo, la investigación de AWID y otras realizadas por muchas organizaciones con las que trabajamos han señalado los desafíos que presenta la influencia de los marcos de referencia lógicos corporativos sobre los sistemas de monitoreo y evaluación en el área del desarrollo, aun cuando esos marcos no están equipados para medir el desorden del cambio social. Estos marcos han perpetuado la noción de que lo se puede medir es lo que cuenta. En el mismo sentido, el énfasis puesto en la eficiencia (no en la eficacia o en los resultados del desarrollo) y en el rédito aportado por las inversiones han permeado en gran medida el pensamiento de las/os donantes y del desarrollo, basándose en supuestos acerca de la adaptabilidad y superioridad de los modelos con fines de lucro para ‘mejorar’ al sector sin fines de lucro. Pensemos, por ejemplo, en las afirmaciones de filántropos empresariales como el creador de eBay, Pierre Omidyar, y otros sobre los beneficios de una ‘remodelación’ comercial para los sectores del cambio social y el desarrollo.(5) Es probable que los modelos empresariales sigan infiltrándose todavía más en el trabajo por el cambio social y el desarrollo dado el creciente interés que estos despiertan en la filantropía empresarial y el sector de las inversiones.

Inversiones de impacto

Mientras las lógicas de la inversión ganan terreno en el mundo del cambio social y del desarrollo, la idea del ‘bien social’ también está ingresando en el sector privado. Esto se puede ver en el área de las ‘inversiones de impacto’ — la idea de que las inversiones pueden lograr réditos financieros y también impactos sociales y ambientales positivos. Los modelos de inversiones de impacto ofrecen carteras con mayor responsabilidad y conciencia social que los planes tradicionales de inversión. En esta área, resulta alentador e inspirador ver una mayor perspectiva de género en la investigación de inversión de impacto, la incidencia y las opciones de inversión. Estos esfu-erzos están haciendo que inversores y empresas comiencen a tomar en cuenta a las mujeres y la igualdad de género. Pero todavía hay algunas preguntas importantes que no tienen respuesta. ¿Qué sucede en escenarios en los que el rédito entra en conflicto con el cambio social? Teniendo en cuenta que la mayoría de las inversiones de impacto son préstamos e inversiones comerciales, todavía no se sabe cómo podrán transformar las injusticias sociales y reducir la pobreza a nivel más sistémico.

¿Dónde se origina la tendencia a las inversiones de impacto y la idea más general de las mujeres y la ‘base de la pirámide’ – las personas pobres del mundo – como mercados aún sin explotar? Parecería ser una idea creativa de los inversores en un momento de crisis financiera global y refleja la resiliencia del capitalismo, en el que el imperativo del crecimiento impulsa una búsqueda interminable de nuevos mercados y formas de obtener rédito. Además, algunos estudios de mercado idealizan la capacidad de las personas pobres para innovar y ajustarse a las limitaciones, apoyándose al mismo tiempo en emprendedoras/es locales que conocen los contextos de los mercados nuevos para que compartan el riesgo y preparen el camino.

Sin duda alguna, debemos encontrar formas creativas de movilizar recursos para los procesos organizativos de las mujeres. Es claro que el sector privado cuenta con recursos considerables que, si los aprovecháramos para los derechos de las mujeres, podrían hacer muchísimo bien. El sector corporativo es también muy diverso y tenemos poco para ganar si demonizamos, simplificamos demasiado o descartamos de plano la colaboración del sector privado con las agendas del cambio social y los derechos de las mujeres. A continuación, presentaré algunas consideraciones importantes y estrategias posibles para que los movimientos por los derechos de las mujeres y otros puedan interactuar con el creciente interés corporativo en el cambio social.

Estrategias para conseguir fondos para los derechos de las mujeres

Primero, debemos defender la dimensión de derechos en el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género. Las ideas restringidas sobre el empoderamiento económico y político de las mujeres se deben ampliar más allá de su utilidad para avanzar el crecimiento económico como emprendedoras, beneficiarias de microcréditos,(6) o líderes políticas formales. Las nociones sobre empoderamiento y liderazgo de las mujeres se deberían expandir a tono con los compromisos internacionales existentes en materia de derechos de las mujeres de modo tal que el empoderamiento sea una herramienta para avanzar derechos.

Segundo, se necesita un cambio conceptual que se aparte del corto plazo y de la mentalidad ‘el camino más fácil’ de las inversiones de impacto, y en cambio reconozca la necesidad de invertir en el cambio sistémico. En el marco de referencia de las inversiones de impacto, los bienes y servicios se dividen en dos categorías: ‘expulsión’ y ‘atracción’. Los de expulsión requieren de una toma de conciencia para convencer a las/os consumidoras/es para que accedan al servicio (por ejemplo, los cuidados preventivos en salud), mientras que los de atracción son aquellos que las/os consumidoras/es ya desean (por ejemplo, los teléfonos celulares). Por eso en las estrategias de inversión se tiende a priorizar lo que cae en la categoría de atracción, donde se obtienen retornos en las inversiones con mayor rapidez y sin que se necesiten cambios culturales o conductuales para convencer a las/os consumidoras/es para que accedan a determinado bien o servicio. Por eso, parecería poco probable que dentro de un marco como este se generaran recursos para el cambio en el largo plazo por los derechos de las mujeres que muchas veces requiere una inversión profunda y sostenida en cambios sociales y conductuales.

Tercero, el marco de referencia de las inversiones de impacto pone muchísimo énfasis en la idea de ‘scaling up’, o sea expandir y adaptar programas exitosos. Este mismo marco celebra el crecimiento por cualquier medio y sin cuestionar el sistema o las expansiones que no son sostenibles ni deseables. Esto resulta problemático por dos razones: la primera, que las estrategias verdaderamente sostenibles para el desarrollo económico deben cuestionar los modelos basados en patrones insostenibles de consumo y producción, la privatización de sistemas públicos, y la explotación de relaciones de género y sociales desiguales.(7) Además, la experiencia ha demostrado que la naturaleza de muchas estrategias exitosas para la realización de los derechos de las mujeres, que son específicas para un contexto determinado, hace que resulte difícil expandirlas o que, en caso de hacerlo, generen los mismos resultados.

La cuarta consideración sobre el vínculo con los actores y los marcos de referencia adoptados por esta tendencia a invertir en las mujeres se refiere a la necesidad de garantizar que nuevos actores se relacionen y se asocien con los movimientos y organizaciones de mujeres, y aprendan de ellas. Muchos grupos de mujeres llevan décadas trabajando por la igualdad de género y los derechos de las mujeres y están dispuestos a compartir lo que han aprendido así como a abordar desafíos nuevos. Como sucede a menudo con los actores que recién llegan a un determinado campo, existe una tendencia a ‘reinventar la rueda’ y centrarse en soluciones del tipo ‘fórmula mágica’.(8) El apoyo y las inversiones del sector privado deben complementar y fortalecer iniciativas existentes, y no socavarlas por falta de conocimiento acerca del trabajo que ya se está haciendo o de un análisis de género, lo que podría resultar en una mayor carga y más riesgos para las mujeres. Colaborando con activistas que trabajan por los derechos de las mujeres y la igualdad de género, las inversiones de impacto tienen mejores posibilidades de lograr cambios sistémicos y sostenerlos.

Por último, ¿cómo pueden los actores del sector privado rendir cuentas en el contexto de sus inversiones y de su participación en estas iniciativas? Las asociaciones entre el sector público y el privado — una de las principales tendencias en la financiación para el desarrollo — carecen de mecanismos claros para la regulación y rendición de cuentas para los actores del sector privado. Las iniciativas de colaboración entre el sector privado y agencias gubernamentales, organizaciones de desarrollo o de mujeres, deberían servir para desarrollar un mayor respeto y responsabilidad frente a los derechos laborales, la sostenibilidad ambiental y otros aspectos de derechos humanos. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, en la asociación global entre ONU Mujeres y Coca Cola se especificaran claramente expectativas acerca de las prácticas de la empresa en los términos del acuerdo? El reconocimiento como ‘socia’ en el trabajo por la igualdad de género y los derechos de las mujeres debería contar como un signo de calidad que depende del desempeño de la empresa en cuanto a avanzar derechos.

¿Cuáles son los datos concretos?

Volviendo a los resultados de la encuesta WITM de AWID, resulta notable que sólo el 0,2 por ciento de quienes respondieron dijeron haber recibido financiamiento de empresas. Dado su presupuesto relativamente pequeño (un ingreso medio de US $20.000), la mayoría de estos grupos son casi invisibles para los grandes inversores y es poco probable que en este momento puedan beneficiarse de los recursos significativos del sector privado. Canalizar estos nuevos recursos hacia la amplia diversidad de organizaciones de mujeres que existen exigirá intermediarias fuertes y confiables que estén dispuestas a filtrar esos recursos hacia organizaciones más pequeñas, algo que muchas organizaciones y fondos de mujeres más grandes se han resistido a hacer porque comparten las preocupaciones mencionadas a lo largo de este artículo. Pero aún así hay ejemplos de colaboración exitosa de los que podemos aprender, como la Girls Action Information Network (GAIN, Red de Acción e Información por las Niñas), una colaboración entre el Fondo Global para las Mujeres (GFW, por sus siglas en inglés), el Servicio Mundial Judío (AJWS, por sus siglas en inglés), EMpower, la Fundación Firelight, el Fondo Global para los Niños (Global Fund for Children) y Mama Cash, con el apoyo de la Fundación Nike. GAIN trabaja apoyando y fortaleciendo programas sobre adolescentes mujeres, estudiando los desafíos y las prácticas óptimas de las organizaciones que trabajan con adolescentes mujeres, y dando mayor visibilidad a los programas y temas referidos a las niñas para lograr más atención e inversiones de los donantes.(9) Estas redes y colaboraciones innovadoras entre sectores se proponen apoyar y avanzar los derechos de las mujeres de manera significativa, apoyándose en las fortalezas y capacidades específicas de sus distintos integrantes.

Conclusión

Ya no tenemos la opción de no interactuar con las corporaciones. Los recursos ya están ahí, influyendo sobre el trabajo que se está haciendo y sobre las voces que se escuchan acerca de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Las organizaciones de mujeres deben hacer valer su sólida experiencia para garantizar que la inversión en las mujeres responda a la larga historia de trabajo en esta área y que el apoyo se canalice a través de los procesos organizativos de las mujeres a todos los niveles.

Notas

    1. Es difícil contar con una muestra ‘representativa’ dada la diversidad y dispersión de las organizaciones y movimientos de mujeres. Sin embargo, la encuesta intentó llegar a la mayor cantidad posible de ellas (en cinco idiomas*). Para entender el perfil de quienes respondieron a la encuesta: la mayoría eran organizaciones que operan a nivel nacional (55 por ciento) y local (52 por ciento), con casi una tercera parte que lo hace a nivel regional (19 por ciento) o internacional (12 por ciento); las encuestadas trabajan en el África sub-sahariana (37 por ciento), América Latina (15 por ciento), Asia meridional y sudoriental (11 por ciento), Europa central y oriental (9 por ciento), Cáucaso y Asia Central (7 por ciento), Medio Oriente y norte de África (7 por ciento). Menos del cinco por ciento de las encuestadas trabaja en Asia oriental, el Pacífico, América del Norte y Europa Occidental. *Nota de la editora. Los cinco idiomas fueron árabe, español, francés, inglés y ruso.
    2. Coca-Cola Company (2011).
    3. Nike Foundation (2008). Para más información, ver Nike Foundation (2012).
    4. Goldman Sachs (2012).
    5. http://www.omidyar.com/approach También el Modelo de Emprendimientos Sociales http://www.hbr.org/2011/09/ebays-founder-on-innovating-the-business-model-off-social-change/ar/1. ‘A comienzos del nuevo milenio, me di cuenta del profundo impacto social que estaba teniendo eBay como parte del propio emprendimiento. Tenía casi 100 millones de usuarias/os y le estaba enseñando a la gente que se podía confiar en un perfecto extraño/a a través de Internet, por lo menos confiar en él o ella lo suficiente como para hacer una transacción. Les estaba dando nuevas carreras y medios de subsistencia. Era un impacto en gran escala. Empecé a preguntarme: si hubiera creado una organización sin fines de lucro y me hubiera fijado como meta a diez años construir una red confiable de 100 millones de personas, con una donación inicial de US$ 10.000 y ninguna otra, ¿hubiera tenido éxito? Probablemente no. Pero de alguna manera, un emprendimiento había logrado alcanzar ese nivel de impacto social en un plazo menor y utilizando menos capital externo’.
    6. Por ejemplo, la encuesta Nirantar sobre grupos de microcrédito y reducción de la pobreza en India reveló que estos programas, en lugar de incrementar la agencia y el empoderamiento de las mujeres, pueden reforzar los roles tradicionales de género y no cuestionan las causas profundas de las desigualdades existentes. ‘… La nueva construcción de la mujer buena, que ahorra en forma regular, devuelve lo prestado honestamente para bien de la familia al mismo tiempo que soporta una mayor carga de trabajo, también personifica ahora a la mujer que progresa, con todos los símbolos de movilidad hacia afuera y ascendente, así como la responsabilidad de preservar intactos esos símbolos (Nirantar, 2007).
    7. Ver ‘Demandas de las organizaciones de mujeres y defensoras de la equidad de género para el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda (Busán, Corea del Sur En. 2011) y el Foro sobre Cooperación para el Desarrollo de Naciones Unidas (2012), octubre 2011. Consultado el 19 de junio de 2012.http://www.awid.org/Library/Demandas-de-las-Organizaciones-de-Mujeres-y-Defensoras-de-la-Equidad-de-Género-para-el-Cuarto-Foro-de-Alto-Nivel-sobre-la-Eficacia-de-la-Ayuda-Busan-Corea-del-Sur-en-2011-y-el-Foro-sobre-Cooperacion-para-el-Desarrollo-de-Naciones-Unidas-2012.
    8. Ofra Koffman (2012) recientemente cuestiona el ‘Efecto Niña’ de Nike y la información del grupo de trabajo de la ONU 2010 que indica que las mujeres que ‘se casan más tarde y postergan la maternidad, tienen hijas/os más sanas/os y obtienen mejores ingresos que las benefician a ellas mismas, sus familias, comunidades y naciones’. Koffman sostiene que la relación entre matrimonio temprano y fertilidad es mucho más compleja y específica según el contexto (Koffman, 2012).
    9. Ver WorldPulse. Grupo de discusión del GAIN. N.p. 8 Mayo 2012, consultado el 19 de junio de 2012, http://www.worldpulse.com/node/48357.

 

References

Coca-Cola Company (2011) ‘The Coca-Cola Company and United Nations Women Form Global Partnership to Accelerate Women’s Economic Empowerment’, N.p. 22 Septiembre. Internet, http://www.thecoca-colacompany.com/dynamic/press_center/2011/09/partnership-to-accelerate-womens-economic-empowerment.html, consultado el 19 de junio de 2012.

Goldman Sachs (2012) ‘10,00 Women’, N.p. Internet, http://www.goldmansachs.comcitizenship/10000women/10000-women-immersive/10000-women-brochure.pdf, consultado el 19 de junio de 2012.

Koffman, Ofra (2012) ‘Will the ‘Girl Effect’ Really Help to Combat Poverty?’ N.p. 10 Febrero, Poverty Matters, The Guardian, www.guardian.co.uk/global-development/poverty-matters/2012/feb/10/will-girl-effect-combat-poverty, consultado el 19 de junio de 2012.

Nike Foundation (2008) ‘Adolescent Girls Initiative Launched’, N.p. 10 Octubre. Internet, http://nikeinc.com/nike-foundation/news/adolescent-girls-initiative-launched, consultado el 19 de junio de 2012.

Nike Foundation (2012) ‘Nike Foundation and Buffets Join to Invest $100 Million in Girls’, N.p. 27 Mayo. Internet,
http://nikeinc.com/nike-foundation/news/nike-foundation-and-buffetts-join-to-invest-100-million-in-girls, consultado el 19 de junio de 2012.

Nirantar (2007) ‘Examining Empowerment, Poverty Alleviation and Education within Self Help Groups (SHGs) –
A qualitative study’,http://www.nirantar.net/docs/SHG_%20qual_%20eng.pdf, p. 41, consultado el 19 de junio de 2012.



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